El presente articulo pertenece al libro "Expedientes Insólitos" escrito por Vicente Juan Ballester Olmos y publicado por la editorial Temas de Hoy (Madrid) en 1995. El mismo ha sido cedido gentilmente por su autor para su reproducción en StratoCat

En octubre de 1989 recibí una circular del doctor Willem Heijster, psicólogo del Ministerio de Defensa holandés, comunicándome que el 10 de agosto había filmado un ovni durante su primer día de vacaciones en Estepona (Málaga). La carta decía que los expertos que habían visto el registro en vídeo que había hecho lo calificaban de sensacional. El objeto brillante, que se movía lentamente en dirección sudoeste, fue visto entre las nueve y las diez de la noche, cuando parece que se dividió en dos y dejó de verse.

Adquirida la grabación, ésta muestra, sobre un cielo azul sin nubes, la imagen blanca claramente desenfocada -ora circular, ora elíptica- de un punto brillante e inmóvil.

Fueron miles los andaluces que compartieron la visión del pasmado súbdito holandés. El ABC de Sevilla escribía esto el 11 de agosto: "Una intensa luz blanca que apareció ayer a última hora de la tarde en el cielo de la ciudad atrajo la atención de numerosos sevillanos, ante la posibilidad de que se tratase de un ovni. Desde distintos puntos, a juzgar por las llamadas telefónicas recibidas en nuestra redacción, pudo observarse el citado objeto".

Por su parte, El Correo de Andalucía, haciendo también de notario del día a día social, reseñaba lo siguiednte en su edición de la misma fecha: "Los teléfonos del Centro Meteorológico del Aeropuerto de San Pablo quedaron bloqueados por la multitud de llamadas de personas que querían saber cuál era el objeto que habían visto sobrevolando el cielo sevillano, con luces brillantes y forma circular. En diversas partes de la capital se arremolinó gran cantidad de gente expectante por el vuelo del objeto desconocido, que posteriormente se desmembró en las alturas, sin mayores consecuencias. ۠Otros rotativos, como Diario de Cádiz, se refirieron a avistamientos -a esa misma hora- desde la provincia, así como desde Granada y Huelva. Obviamente, el objeto tenía que hallarse muy alto, para ser visto desde tantos sitios a la vez.

El globo sonda -avanzaba el periódico de la "Tacita de plata"-, que se pudo observar en los cielos gaditanos entre las nueve y las diez de la noche, fue confundido con un objeto volante a causa de la luz que parecía desprender, lo que era debido a la gran altura en que se encontraba, 93.000 pies (alrededor de 30.000 metros), lo que hizo que los rayos del sol, ya oculto, lo iluminaran con gran potencia.۠ El diario había dado en el clavo. Pero sobre la naturaleza de lo observado volveremos luego.

Testigo de excepción fue el veterano ufólogo José Ruesga Montiel (uno de los más experimentados e íntegros estudiosos del país), quien se encontraba en la playa de Rota (Cádiz).

En compañía de otras personas apreció en el cielo un cuerpo casi esférico de intenso color blanco, estático. Fue divisado entre las 21.15 y las 21.45 horas con prismáticos, así como a través del zoom de una cámara fotográfica. Al respecto escribe Ruesga:

"Pudimos ver con claridad que se trataba de un globo meteorológico. Clásica forma, apéndice con instrumentos, material transparente que reflejaba la luz solar... por último, se desprendió el instrumental provisto de paracaídas de tonalidad anaranjada, lo que dio a simple vista la sensación de que un solo objeto se había dividido en dos, con extrañas y caprichosas evoluciones entre ambos. La verdad es que el globo, libre de peso, se alejó perdiendo su forma original, mientras que el paracaídas daba la sensación de subir, precisamente por mantener durante breves segundos su posición."

Otro observador, que contempló el objeto desde su domicilio sevillano, dijo: "Parecía un globo aerostático esférico, y en su parte inferior [había] algo como la canastilla, ésta, en un momento dado, se desprendió del cuerpo principal tornándose a su vez en rojo anaranjado y subdividiéndose en dos puntos del mismo color, que se separaron y empezaron a hacer una serie de piruetas idénticas en unos 15 o 20 segundos. Mientras tanto -continúa su relato-, lo que parecía el globo disminuía y cambiaba de color tornándose en un azul eléctrico intenso, pero a velocidad despampanante desapareció en dirección norte; los otros dos en dirección contraria".

El testigo, que fotografió estas escenas, realizó un cálculo de la altitud a la que estaba el objeto basándose en su avistamiento y en otro -coincidente en el tiempo- desde Chipiona (Cádiz), y la estimó en 30 kilómetros sobre el suelo. Curiosamente, a pesar de ser elemental que los vientos a tal altura no tienen relación con el movimiento del aire a nivel del suelo, el fotógrafo cuestionó la hipótesis del globo porque éste se trasladaba de sudeste a oeste, mientras que la brisa que en ese momento había en la zona en que yo me encontraba era de poniente۬ concluyendo -equivocadamente- que el objeto se movía en dirección contraria a la del viento.

Como la prensa bien informada -o sea, responsable- ya había adelantado, se trató de un globo de investigación científica. La dirección del Centro Experimental "El Arenosillo۠" en Mazagón (Huelva), un organismo que pertenece al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial Esteban Terradas۠ (INTA, equivalente en España a la NASA), me facilitó estos antecedentes: "Le confirmo que el objeto visto el 10 de agosto de 1989 era el globo transmediterráneo Mini-Tir correspondiente a la campaña Odissea 89, llevada a cabo por el Centre National d'Etudes Spatiales, la Agenzia Spaziale Italiana y el INTA. La altura de crucero de los vuelos es variable, entre 35 y 40 kilómetros. En el caso del citado vuelo, teniendo en cuenta que durante el vuelo se realizaron secuencias de deslastrado, la altura fue de 121.000 pies [36.900 metros]۬ me escribió Juan José Martín Francía, director del centro.

En efecto, el tercer vuelo del Project Odissea, correspondiente a la campaña 1989, se inició con el lanzamiento del globo desde la base de Trápani, en Sicilia (Italia) a las 22.45 horas del 9 de agosto. El objetivo de la prueba era de carácter astrofísico e intervenían en la experiencia cuatro laboratorios italianos. La duración del vuelo fue en total de 22 horas y 51 minutos. La separación de la carga (operación que se realiza activando una pequeña explosión) tuvo lugar en las coordenadas 36,53 grados norte y 5,53 oeste, recuperándose, mediante un paracaídas, en la localidad gaditana de El Bosque, cerca de Jerez de la Frontera. El globo en cuestión tenía un volumen de 600.000 metros cúbicos. Aunque adquiere la forma de pera, si la asimilamos a una esfera deducimos que su diámetro era de unos 100 metros. Una inmensa superficie reflectora a 40 kilómetros de altura con una masa total de 2.487 kilos.

En cuanto al globo, éste cayó al oeste de Montellano (Sevilla), en el cortijo "El Bollo".

Así es. Un globo transmediterráneo ocasionó el avistamiento del 10-VIII-89. Estas campañas se llevan a cabo, en general, entre el 15 de junio y el 15 de agosto de cada año.

Durante muchos años se han desarrollado con programas tripartitos hispano-ítalo-franceses organizados por los tres organismos fundadores: INTA (España), CNR (Italia) y CNES (Francia). En la actualidad se están haciendo entre España e Italia solamente.

Como señalé, los globos son lanzados desde el Centro de Lanzamiento de Trápani Milo, en Sicilia. Los equipos y experiencias científicas son integrados en barquillas que son transportadas por los globos, los cuales son arrastrados por los vientos, que, en el verano y en la estratosfera, siempre soplan del este, con lo cual los trasladan hacia el oeste.

Los globos utilizados se inflan con gas helio, y su volumen depende de la carga útil que tienen que transportar, pero oscilan entre 300.000 y 1.000.000 de metros cúbicos; el peso de las cargas útiles oscila entre 700 y 2,200 kilos, dependiendo del tipo de material científico de que se trate.

La localización del globo en el espacio se lleva a cabo permanentemente por tres estaciones, que están situadas en Trápani (latitud 38° 01' N y longitud 12° 38' E), Palma de Mallorca (39° 36' N - 02° 42' E) y El Arenosillo (Huelva) (37° 06' N - 06° 44' W). En la fase inicial el globo puede ser localizado por los radares italianos y en la fase final por los radares españoles. Con este fin la barquilla es equipada con un reflector pasivo y un transpondedor de Aviación Civil.

Durante todo el vuelo la localización del globo se hace por los sistemas de navegación Omega y GPS, que dan la latitud, longitud y altitud. La recuperación de la barquilla y todo el material científico se lleva a cabo en la zona sur de España y por personal de El Arenosillo.

Las cargas útiles son equipadas con paracaídas para la recuperación. Para conocer el punto donde se desea hacer descender la barquilla con el material científico hay que conocer previamente el perfil de vientos que van a arrastrar a la barquilla en su descenso. Para ello, se suelta con anterioridad un globo que se sigue con los radares de El Arenosillo y que sube hasta los 38 o 39 kilómetros de altura. Como las posiciones del globo en el espacio se conocen permanentemente, se elige sobre una carta geográfica un punto alejado de zonas pobladas o cualquier otro tipo de obstáculo que deba ser protegido y sobre ese punto se hace descender la barquilla con la carga útil, actuando, para ello, mediante una orden de telecomando. De esta forma se conoce el lugar exacto para la recuperación. Además, la barquilla lleva una baliza de localización, que transmite en una frecuencia conocida, para la recuperación en el suelo del material científico.

Finalizada esta lección -impartida por la dirección del centro experimental aeroespacial español-, en condiciones normales, observaciones de iguales características entre las fechas mencionadas ya no deberían sorprender a nadie.

Desgraciadamente, me atrevo a predecir que habrá pseudoufólogos que seguirán tomando por ovnis estos periódicos experimentos científicos.