LANZAMIENTO DE GLOBOS ESTRATOSFÉRICOS EN EL MUNDO

A mediados de 1979, especialistas americanos de la Universidad de Wyoming y de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) invitaron a sus pares del Departamento de Física de la Universidad Federal do Ceara (UFC) a participar de un proyecto destinado a monitorear los niveles de ozono en la alta atmósfera. Las medidas serían efectuadas utilizando balones estratosféricos que transportarían una carga útil consistente en sensores y esferas recolectoras de muestras de aire hasta los 40 kms. de altura. La iniciativa era parte de un proyecto de investigación global que incluía la toma de muestras a diferentes latitudes desde Alaska, pasando por el centro de los EEUU, Australia, el Polo Sur y la zona Ecuatorial.

Los científicos brasileños aceptaron la oferta, pero debido a que en ese entonces no existía en la Universidad ningún investigador que estuviera actuando en esa área de investigación, realizaron una propuesta alternativa: se suministraría todo el apoyo logístico para la campaña y a cambio en cada viaje sus colegas norteamericanos traerían y donarían al Departamento equipos y piezas de repuesto por valor de U$S 5.000. Debido a que en esa época la importación de cualquier cosa en Brasil era muy costosa, los dos viajes por año que los norteamericanos hacían para sus campañas resultaron ser una excelente via para equipar los diferentes laboratorios de investigación de la UFC.

Las operaciones de lanzamiento tenían lugar en la Fazenda Normal, una hacienda de 1.500 hectáreas de propiedad del gobierno del Ceará localizada en el Municipio de Quixeramobim a 214 km de la ciudad de Fortaleza y que es administrada por el EMATERCE (Empresa de Assistência Técnica e Extensão Rural do Ceará).

Dichas campañas duraron hasta 1982 cuando el gobierno de Ronald Reagan, recortó fuertemente los fondos destinados a dichas investigaciones.

Gracias a esta iniciativa, ademas de que la UFC pudo recibir su primera computadora es de destacar asimismo que el gas helio remanente que los americanos traían para el inflado de los balones, sirvió luego de finalizado el programa para abastecer a los crióstatos de diversos laboratorios a lo largo y ancho de Brasil durante dos años.